Entre las tantas amistades de Guillermo Anderson, Max Urso me pasó el contacto del amigo de los tiempos de la universidad de Guillermo: Pablo Aslan.
Pablo es uno de los más brillantes músicos argentinos residente en Nueva York, el contrabajista lo definen biografías encontradas en Google, como un músico inquieto que alterna sus proyectos de tango, que incluyen giras y grabaciones con músicos de la talla del chelista Yo Yo Ma o el violonista Gidon Kremer, con una sólida carrera en la escena del jazz neoyorkino, realizó el proyecto Avantango junto al pianista Ethan Iverson y al talentoso saxofonista Thomas Chapin, el músico más importante de la avant-garde de Nueva York, lamentablemente desaparecido poco tiempo después.
Contacto a Pablo y quedamos que grabaríamos una video call, por zoom, y allí la primera pregunta que le hago, es cómo conoció a Guillermo.
2008. Pablo Aslan, llega a Honduras a visitar a Guillermo. En la foto Pablo, Guillermo y los hijos de Pablo.
Un viaje lleno de descubrimientos para Pablo y su familia.
Algo que desde siempre hizo parte de Guillermo: Su compromiso con su gente con su tierra. Como dijo Pablo, Guillermo pudo haberse quedado en San Francisco o en California, y haber realizado su carrera allí. Pero siempre pudo más el amor a su gente, a su país.
Guillermo cantando en mi país en el 2008
Max le pidió a Pablo participar en un homenaje a Guillermo, así se grabó “Cortaron el árbol”. Los Cenzontles con Pablo Aslan y Eugene Rodríguez interpretan «Cortaron el Árbol «- original de Guillermo Anderson incluida en el álbum Homenaje «Navegando-Un Tributo a Guillermo Anderson» por Costa Norte
De ese viaje que realizó Pablo a Honduras, quedó maravillado de la música garífuna. Y quisiera hacer algo con ellos, como una asignatura pendiente, de algo que pudo haber hecho con su hermano Guillermo, y el destino no lo permitió.
Entre las anécdotas que cuentan los amigos de Guillermo Anderson, Está la de Renato Monzón, un productor guatemalteco, que vivió muchos años en Costa Rica, y en México, que es donde reside ahora. Trabajó con el grupo de Rock guatemalteco, Alux Nahual, y ellos le comenzaron a mencionar la música de Guillermo Anderson, cuando fue con este grupo a Honduras, buscó la música de Guillermo, y le encantó.
Años después, al irse a vivir a Costa Rica con un buen amigo, y considerado su hermano, Manuel Ardón, con quien ya hablé anteriormente y me dio una bella anécdota de Guille, Renato cuenta que Manuel, es considerado el pionero en Costa Rica de llevar la música centroamericana y la música cubana. Y fue Manuel que le habló a Renato, de Guillermo de Guillermo.
Siempre trabajando con Alux Nahual, Renato va en el 2002 a Guatemala. El baterista del grupo, Lenín Fernández, ya fallecido, le pide a Renato que trabajen juntos en una iniciativa del ministerio de Turismo, iba a ver una convención a nivel centroamericano, y la última noche participarían diversos artistas. Y fue así como Renato se hizo cargo del sonido del evento. Un evento que contó de parte de Honduras con la participación de Guillermo Anderson. Fue allí donde se conocieron y comenzaron su amistad. Una gran amistad, como me dijo Renato.
El siguiente es un audio que recorre esa amistad nacida en conciertos, y cultivada en los añosEs esta foto están: Guillermo Anderson, Carlos Valladares (New Orleans EEUU) y Lenin Fernanandez QEPD (Guatemala )
Cuando Renato se enteró de la enfermedad de Guillermo, sobre todo cuando se agravó, cuando Guillermo fue a Guatemala para recibir un tratamiento, estaba casualmente también allí Renato, le pidió a Lenín, el baterista de Alux Nahual, que aún vivía, le pidió que hablara con Guillermo para poder verlo y saludarlo. Pero el destino quiso que no se vieran por última vez, una emergencia hizo que Renato regresara a México, y quedó sólo dentro de su corazón los recuerdos de esa gran amistad.
«Y lamentablemente después se nos adelantó (Guillermo) y no tuve la oportunidad de verlo esa vez que estuvo en Guatemala, pero éste es mi recorrido con la amistad de Guillermo Anderson que para mí fue un amigo muy especial, una persona muy especial y al que yo admiro mucho como te dije, como persona y como artista.
Mientras pensaba en como introducir una nueva anécdota dedicada a mi querido hermano Guillermo Anderson, quise ver que noticias nuevas me traía Google sobre él, si había algún homenaje hecho en su honor en estos días.
Y me salió este artículo donde justamente ayer 15 de septiembre día del 199 aniversario de la celebración de las fiestas patrias de mi país, salio este artículo, que habla de la séptima edición de la Revista Rosalila, de la Dirección de Gestión de Cultura del Centro Universitario Regional del Occidente, (CUROC), en donde, en la versión digital, le rinde un tributo a Guillermo Anderson.
En el artículo recuerdan que se eligió la fecha de ayer, para publicar la revista «como un regalo a la patria por su celebración 199 de independencia y en conmemoración de los 40 años en que el sitio arqueológico Copán Ruinas fue decretada como patrimonio cultural de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Es de recordar, que Rosalila corresponde al nombre de uno de los templos más emblemáticos de Copán Ruinas, la revista es considerada como el importante órgano de difusión de la vida cultural y académica del CUROC, como artículos relacionados al resto de los departamentos de Honduras, con la perspectiva de fortalecer la identidad nacional».
En plena pandemia mundial, pero sobre todo, cómo la está viviendo nuestra querida Honduras, con tanto dolor, desesperación. Tantos hondureños, que ven morir a sus parientes, amigos, vecinos, de esta enfermedad, que de una u otra manera, no ha sido controlada como debía ser, Donde, una vez más la corrupción, y los intereses de algunos, han prevalecido, a la solidaridad, al bienestar común.
Si estuviera vivo Guillermo, creo que se moría de nuevo, de ver hasta dónde ha llegado la injusticia social, y cuánto está sufriendo el pueblo hondureño.
Este artículo sentí que está tratando de rascar de lo profundo de cada uno de nosotros, lo mejor que tenemos, para ayudar al otro, para entender que esta vez, el individualismo y el egoísmo no nos van a ayudar a salir de ésta. que tenemos que ir todos de la mano para salir de esta crisis global sanitaria y económica.
Hablando con los músicos o amigos de Guillermo Anderson que me permiten de hacer este recorrido por lo que fue su pasaje en este mundo, tuve la posibilidad de contactar a Manuel Monestel, un compositor e investigador costarricense de la música popular, especialmente aquella relacionada con la diáspora africana y la herencia afrocaribeña.
Al mandarme el audio de su anécdota pude sentir una vez más ese cariño que dejó implantado Guillermo en cada uno de nosotros, esa lección de vida que nos dejó.
Manuel Monestel me contó que la primera vez que tuvo la oportunidad de conocerlo, fue en un vuelo que realizaron juntos, que iban directo a Taiwán, a participar en un Festival. A partir de allí, nació una bellísima amistad que durará hasta la eternidad.
Después de ese encuentro Manuel Monestel y Guillermo Anderson hicieron tantos trabajos juntos, sobre todo, es de recordar un proyecto que hicieron con otro grande de la canción centroamericana, Rómulo Castro de Panamá.
Guillermo, tu carisma, tu don de gentes, hizo que cada uno de nosotros, quien te conoció e hizo parte de tu vida, que subió al tren de tu vida, nos quedáramos impregnados de tí, de todo lo bueno que desbordabas.
Te admiramos, y te lloramos cuando te fuiste de manera tan abrupta, cuando aún tenías mucho que dar a tu gente. Pero ante el destino, no hay nada que hacer, sólo queda la esperanza, de que nos volveremos a encontrar allá arriba donde estás. Como dije cuando empecé este blog, te fuiste allá arriba al Cielo, y desde allá le cantas a Dios, deleitándolo con lass notas de tu inseparable amiga, tu guitarra, que sus cuerdas acompañan ru maravillosa voz.
Manuel me cuenta su gran dolor, su nostalgia, desde que se fue este gran amigo. y lo hace a su manera.
Canción de Manuel Monestel:
Que dolor inmenso, que vacío se siente
La tristeza embarga la ausencia creciente
El cantor ya no está, se fue con su canto al Cosmos
Su espíritu vuela lejos como voló su canción
Y el recuerdo queda aquí, en lo profundo del corazón.