El Papa:ante conflictos respetar los DDHH

El Papa recibió en audiencia a ocho embajadores, que presentaron sus cartas credenciales, ellos son los representantes de Suiza, Malta, Bahamas, Cabo Verde, Islandia, Turkmenistán, Granada y Gambia.

El Papa recordó a los presentes el 100 aniversario del final de la Primera Guerra Mundial, una tragedia de inmensas proporciones que mi predecesor Papa Benedicto XV definió una “inútil tragedia”.

Que las lecciones que se recogieron de estas dos grandes guerras, y que sirvieron para la creación de la Organización de las Naciones Unidas, puedan convencer a los pueblos del mundo y a sus líderes sobre la inutilidad de los conflictos armados y la necesidad de resolver las controversias a través del diálogo paciente y las mediaciones.

DDHH y dignidad humana

Santa Madre, en tí confiamos

Una gran fiesta por nuestra Señora

El secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, CAL, Guzmán Carriquiry, organizadores por cinco años consecutivos de esta ceremonia, recordó que esta es una fiesta muy querida por el Papa Francisco y especialmente evocadora para los latinoamericanos. La Virgen de Guadalupe es Madre de nuestros pueblos, Emperatriz de todo el continente y Patrona de Filipinas, y su devoción tiene actualmente una gran difusión universal.

“Será un precioso acontecimiento para poner en el corazón de la Madre los mejores anhelos de solidaridad y fraternidad, de paz, justicia y felicidad en la vida de nuestros pueblos y naciones”, afirma la Comisión Pontificia, así como para encomendarle las intenciones de nuestro querido Santo Padre.

 

Ven hermano camina y canta como María

«¿No estoy aquí yo, que soy tu madre?» (Nican Mopohua, 119). En la escuela de María aprendemos a estar en camino para llegar allí donde tenemos que estar: al pie y de pie ante tantas vidas que han perdido o le han robado la esperanza. En la escuela de María, afirma el Papa, aprendemos a caminar el barrio y la ciudad no con zapatillas de soluciones mágicas, respuestas instantáneas y efectos inmediatos; no a fuerza de promesas fantásticas de un seudo-progreso que, poco a poco, lo único que logra es usurpar identidades culturales y familiares, y vaciar de ese tejido vital que ha sostenido a nuestros pueblos, y esto con la intención pretenciosa de establecer un pensamiento único y uniforme.

“De esta manera ella se vuelve trasparencia del rostro del Señor que muestra su poder invitando a participar y convoca en la construcción de su templo vivo. Así lo hizo con el indiecito Juan Diego y con tantos otros a quienes, sacando del anonimato, les dio voz, hizo conocer su rostro e historia y los hizo protagonistas de esta, nuestra historia de salvación”. Porque como dice el Papa el Señor no busca el aplauso egoísta o la admiración mundana. Su gloria está en hacer a sus hijos protagonistas de la creación. Con corazón de madre, ella busca levantar y dignificar a todos aquellos que, por distintas razones y circunstancias, fueron inmersos en el abandono y el olvido.

Aprendiendo de María aprendemos el protagonismo que no necesita humillar, maltratar, desprestigiar o burlarse de los otros para sentirse valioso o importante; que no recurre a la violencia física o psicológica para sentirse seguro o protegido. Es el protagonismo, afirma el Santo Padre, que no le tiene miedo a la ternura y la caricia, y que sabe que su mejor rostro es el servicio. En su escuela aprendemos auténtico protagonismo, dignificar a todo el que está caído y hacerlo con la fuerza omnipotente del amor divino, que es la fuerza irresistible de su promesa de misericordia. Papa Francisco, Misa a Nuestra Señora de Guadalupe, Basílica Vaticana

 

Misa a nuestra Madre la Virgen de Guadalupe